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Crítica:POR MENOS DE 15 EUROS

La simpatía del pepinillo

Jugando con una rima que sirve para acordarse de la dirección: Barquillo, 42, Antonio Alonso y Juan Carlos Martín abrieron hace cuatro años, en pleno centro de Madrid, El Pepinillo de Barquillo. El restaurante fue decorado con colores alegres por Martín (socio también de El Bogavante de Almirante y el Wok Café), que colocó 19 globos luminosos sobre la barra y un gigantesco pepinillo colgado del techo (hortaliza que sólo aparece en una banderilla que se sirve de aperitivo). El estrecho local acoge a una clientela simpática, noctámbula e informal que se identifica con el tono ligero de una carta en la que destacan los platos fríos, ideales para compartir, a muy buen precio y calidad aceptable. La cocinera, Ángela Moriel, y el encargado, Gerald Magistrado, dirigen un trasiego en el que sobresalen las ensaladas -de pimiento con ventresca (9 euros), griega con pasta y queso feta (8 euros) o con tomate y mozzarella (8 euros)-. Los surtidos de tapas y los quesos son otras propuestas de una lista en la que también los vinos tienen precios moderados.

El Pepinillo de Barquillo

Barquillo, 42. Madrid. Teléfono: 913 10 25 46. Abierto todos los días, de 12.30 a 17.00 y de 21.00 a 2.00. Conviene reservar los fines de semana.

Lástima que un local tan agradable adolezca de una de las lacras de la hostelería en España: el ruido. Los fines de semana, cuando el local está lleno, la atmósfera se convierte en un griterío, algo que podría evitarse con unos simples paneles absorbentes.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de junio de 2002