Durante la madrugada y el día de ayer, vecinos de barriadas populares de Málaga protagonizaron decenas de cortes de calles y quema de basura para forzar su recogida. Los bomberos y los servicios de limpieza recibieron casi un centenar de llamadas con amenazas de incendio. Desde que empezó la huelga, hace doce días, ya se han destruido unos 600 contenedores, un 10% de la dotación total del servicio de limpieza. Todavía quedan unas 2.000 toneladas de residuos en las calles y el alcalde, que ayer prorrogó el plan de apoyo con empresas dedicadas a la retirada de escombros, considera que 'se tardará todavía dos o tres días' en recuperar la normalidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de junio de 2002