En 2000 se registraron 147 ataques de perros en la Comunidad, según datos facilitados por el Gobierno central en octubre de 2001 ante una respuesta parlamentaria. La región madrileña fue la que más agresiones de este tipo padeció. La última incidencia de este tipo se registró la madrugada de ayer: una joven de 21 años fue trasladada al hospital Ramón y Cajal de Madrid desde un chalé de Villalbilla al que había entrado y donde fue atacada por el perro guardián. El ataque del animal le produjo desgarros en cara, cuello y cuero cabelludo, según Efe. La mujer necesitará pasar por quirófano.
Según informaron fuentes del 112, la agresión se produjo en un chalé situado en la calle de San Isidro hacia la una de la madrugada. La Guardia Civil desconocía ayer los motivos que empujaron a la joven a entrar en el chalé, ya que no vive ahí. La investigación continúa abierta en espera de que presten declaración tanto la joven como el dueño del perro.
El portavoz de la Asociación para el Bienestar de los Animales El Refugio, Ignacio Paunero, manifestó que el error está 'en permitir que perros entrenados en guardia y defensa vigilen los chalés'. Y añadió: 'Un perro entrenado para eso no distingue si quien entra es un ladrón o alguien que se confunde de casa. Para vigilar las casas están las alarmas. Los perros entrenados para estas funciones deberían estar reservados a la policía'.
Uno de los casos de ataques de perros más espeluznantes fue el sufrido por un niño de ocho años en abril de 2001 en Boadilla. Dos pastores alemanes causaron graves heridas al pequeño en un chalé de la urbanización Montepríncipe. La agresión duró cerca de 15 minutos. Durante ese tiempo, el niño recibió cerca de 50 dentelladas que le afectaron en todo el cuerpo, sobre todo en el cuello, tórax y muslos.
Un mes después, en mayo de de 2001, un niño de 12 años sufrió fuertes desgarros en el muslo y en un testículo al ser mordido por un perro de la raza pitbull con el que estaba jugando en una calle cercana a su casa, en el distrito de Carabanchel. El niño fue trasladado al hospital y operado.
Ese mismo mes, un hombre perdió la oreja al ser atacado por tres perros, también de la raza pitbull. El incidente ocurrió en Galapagar. Los perros, que andaban sueltos, corrieron tras el hombre y se abalanzaron sobre él. Le levantaron el cuello cabelludo y le arrancaron la oreja.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de junio de 2002