Lunes 24 de junio, 18.30. Colegio público Pinar Prados, en Pozuelo de Alarcón. Fiesta de fin de curso (una vez al año). Aparcamiento repleto de coches de padres ilusionados por ver a sus hijos. Coches mal aparcados en el mismo, varios; obstrucción de tráfico, nula. 18.45: coche de la Policía Municipal imponiendo multas por 'grave alteración de tráfico' que nadie ha podido observar.
Domingo (todos los domingos), 12.00, iglesia de Santa María de Caná, en Pozuelo de Alarcón. Rotonda frente a la iglesia y calles adyacentes repletas de coches mal aparcados, visibilidad de acceso y salida de las rotondas, nula; peligrosidad evidente (experiencia propia). Presencia de la policía regulando la situación, inexistente.
¿Tiene el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón (PP) algún problema con que los padres que llevan a sus hijos a la escuela pública celebren con ellos el fin de curso una vez al año durante un par de horas? ¿Será más importante quizás para el municipio fomentar la asistencia a misa, a riesgo de que los vecinos de Pozuelo, incluidos algunos feligreses, asciendan al cielo antes de tiempo? Por cierto, tengo entendido que, según el último catecismo de la Iglesia, violar las normas de tráfico es pecado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de julio de 2002