Queremos manifestar el estupor que nos ha producido el artículo con este título que fue publicado el martes para comentar un libro sobre esta temática que ha editado el Ayuntamiento de Elgoibar. En opinión de ATEA (Asociación para un Trato Ético con los Animales), la sokamuturra es una diversión cruel, basada en el abuso de poder y la violencia ejercidos sobre un ser inocente. Tal y como dice el autor del artículo, 'el animal padece límites de estrangulamiento'. También recuerda casos como éste: 'Finalmente, el animal, renunciando a la vida de tortura a la que está destinado, parece querer recluirse en la Iglesia...'.
Ese destino a una 'vida de tortura' no es algo casual; se lo damos nosotros a animales no humanos a los que implicamos a la fuerza en nuestras actividades; en consecuencia, es algo evitable. No entendemos cómo pueden mencionarse al mismo tiempo palabras como 'diversión', 'estrangulamiento' y 'tortura', sin pedir inmediatamente la abolición de este tipo de espectáculos.
La sokamuturra no es sólo un espectáculo bochornoso. Pensamos que el sufrimiento per se es malo, y que hacer daño a otros de forma gratuita e injustificada, también es malo. Por eso creemos que la sokamuturra y otros festejos en que se maltrata a los toros o a las vacas (encierros, corridas, toro de fuego, vaquillas...), son inaceptables desde el punto de vista ético, y que, por lo tanto, deberían ser prohibidos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de julio de 2002