Problemas en el funcionamiento de la central térmica de Cercs (Berguedà) han motivado que la emisión de dióxido de azufre haya superado los límites establecidos en varias ocasiones en los últimos meses. Las estaciones atmosféricas de la Generalitat próximas a la central han registrado contaminación del aire desde el pasado mes de febrero, y ésta se ha agudizado en junio, mes en el que durante 13 días los niveles de dióxido de azufre han estado por encima de lo permitido.
La empresa ha admitido que hasta el pasado día 27 estaba utilizando carbón procedente de Mequinenza (Zaragoza) para la combustión, lo que provocaba mayor emisión de partículas de dióxido de azufre, y asegura que está trabajando para solucionar el problema.
La Generalitat ha requerido a la empresa para que mejore el funcionamiento de la planta, ya que la emisión de gases se ha visto alterada casi desde que la actual propietaria, la empresa Viesgo, perteneciente al grupo italiano Enel, se hizo cargo de la instalación, que anteriormente había pertenecido a Fecsa-Endesa. Viesgo decidió aumentar la actividad de la planta, que se debe mantener en activo hasta 2007, pero introdujo cambios en el origen del carbón que han provocado la emisión.
Vecinos de la zona próxima a la central térmica explicaban ayer que han notado algunas molestias en los ojos. Inicialmente, los técnicos consideran que una emisión de los valores registrados en Cercs no debería ser perjudicial para la salud ni para las plantas, aunque advierten de que la presencia continuada en la atmósfera de dióxido de azufre por encima de los límites establecidos sí puede causar alteraciones en las mucosas y en las vías respiratorias.
La legislación catalana establece que las emisiones de dióxido de azufre no pueden superar los límites de 125 microgramos por metro cúbico en más de tres ocasiones al año. En el mes de junio se sobrepasaron en 13 ocasiones, y desde febrero, en 35. El índice más elevado se registró el 27 de febrero y fue de 262 microgramos por metro cúbico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de julio de 2002