Voluntarios de diez países han comenzado a desenterrar algunos de los cadáveres de 37 soldados republicanos que supuestamente fueron inhumados en una fosa común tras ser fusilados al final de la Guerra Civil, en Piedrafita de Babia (León). Los primeros restos humanos han sido hallados justo donde los localizó Asunción Álvarez, hermana de dos de los milicianos asesinados, en un mapa que realizó para evitar que se perdiera la memoria de la fosa si ella moría. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica promueve la excavación de esa trágica cuneta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de julio de 2002