El presidente saliente de Madagascar, Didier Ratsiraka, abandonó ayer la isla acompañado de su familia y miembros de su Gobierno, después de una crisis de seis meses que lo oponía a Marc Ravalomanana, electo presidente el pasado 16 de diciembre. Ratsiraka salió del aeropuerto de Toamasina, en la costa este del país, hacia las islas Seychelles.
Esta salida precipitada se presenta como una huida a ojos de los partidarios de Ravalomanana y constituye para los observadores un preludio al final de la crisis que dividió el país y lo puso al borde de la guerra civil. Ratsiraka, en el poder durante 20 años, no aceptó la victoria de su rival, a pesar de que haya sido ratificada por el Tribunal Constitucional. EE UU reconoció oficialmente el poder de Ravalomanana la semana pasada, seguido por Francia y otros países occidentales.
El exilio, que podría ser definitivo, del ex presidente se produce después de los avances militares de los partidarios de Ravalomanana, quienes estaban a punto de tomar el control de Toamasina, el último bastión de Ratsiraka en la antigua colonia francesa.
'Es un terrorista; yo hubiera preferido que se quedara y que lo agarraran vivo, que hicieran un gran proceso y que lo pusieran en la cárcel', comentó una fuente cercana a Ravalomana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de julio de 2002