'La historia es la historia'. Con esta frase, José María Álvarez del Manzano, alcalde de Madrid, justificó ayer su propósito de mantener la estatua del general Francisco Franco situada en uno de los accesos laterales al edificio de los Nuevos Ministerios, frente a la plaza de San Juan de la Cruz. Salía así al paso a una pregunta sobre la retirada, el jueves, en la ciudad costera gallega de Ferrol, de otra escultura ecuestre del dictador que fue apeada de la peana que ocupaba en la plaza de España.
'Mis antecesores no lo hicieron', dijo en referencia a un supuesto traslado. Y agregó: 'Yo no tengo nada que ver con el Ayuntamiento de Ferrol [gobernado por el Bloque Nacionalista Galego, BNG] y no seré yo quien enjuicie lo que se hace en otros Ayuntamientos', en referencia a traslado de la pieza en Ferrol.
La escultura de la plaza madrileña, donde lleva desde 1959, fue realizada por el escultor José Capuz en 1956 y tiene siete metros y medio de altura. Su autor se inspiró en otra erigida en Padua (Italia) por Donatello en el siglo XVI, dedicada al condottiero Erasmo da Narmi, conocido como Gattamelata.
En Madrid, esa estatua de Franco ha sido motivo de controversia en plenos municipales. Así, la izquierda socialista y comunista ha pugnado en ocasiones por su retirada, habida cuenta de que servía de hito para las concentraciones anuales de organizaciones de extrema derecha y simpatizantes del antiguo régimen en fechas próximas al 20 de noviembre, cuando se cumple el aniversario de la muerte del dictador. La derecha ha preconizado, por su parte, su mantenimiento en el mismo enclave. El regidor madrileño apostilló: 'Izquierda Unida [que gobernó en coalición con el PSOE hasta 1989] ha estado gobernando este Ayuntamiento muchos años y no la ha retirado'. (Madrid llegó a tener hasta 22 topónimos dedicados al general; por iniciativa de la izquierda fueron retirados en su mayoría). En España, las estatuas de Franco han sido paulatinamente apartadas de los enclaves céntricos que en su día ocuparon bajo el régimen dictatorial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de julio de 2002