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CARTAS AL DIRECTOR

Enorme tristeza

Soy un rockero de 42 años, uso chupa de cuero. Quizás mi aspecto, a ojos de algún eminente técnico en recursos humanos, sea el de un macarra; no lo sé. Pero no lo soy, siempre trato a las mujeres con respeto y jamás he vivido de ellas. Tengo amigos disminuidos físicos y psíquicos. Conozco buena gente que ha venido de otras tierras a buscarse la vida en este paraíso sin demasiada suerte. Conozco a varias mujeres separadas; mi ex es una excelente profesional, y, como persona, un encanto. Sé de muchas chicas estupendas que portan pelusilla bajo la nariz y en el mentón; es posible que incluso la madre del técnico aludido luzca el imponente mostacho que sufren algunas féminas bajo la dictadura de la menopausia. Yo en particular, a pesar de ser bastante feo, cumplo con mi profesión perfectamente.

Por ello me causa zozobra y enorme tristeza que en este mundo haya miserables que juzgan a las personas de la manera en que lo hacen los responsables de contratación de cierta cadena de supermercados.

Ruego a las personas de bien que tengan acceso a este escrito que se abstengan de realizar sus compras en la cadena en cuestión en tanto no presente sus disculpas a la sociedad de la que vive y a los afectados por sus insultos en particular.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de julio de 2002