Los vecinos de la calle Virgen del Carmen Doloroso (antes, adarve de Relator, números 60 al 82), denunciamos la situación que sufrimos ante la inhibición municipal referente al lamentable estado y consecuencias de éste, de la finca número 76. El citado edificio, tras un informe del servicio de bomberos, se encuentra apuntalado por decisión de la Gerencia de Urbanismo que, a partir de ese momento, se ha desentendido del asunto.
Las puertas de la mencionada finca han sido reventadas, una y otra vez, por los elementos del foco de delincuencia constituido en la Plaza del Pumarejo que, continuamente, tratan de penetrar en las casas colindantes a través de las azoteas, siendo interceptados con la presencia requerida de la Policía Nacional. Los vecinos intentamos reparar los cierres de forma más voluntariosa que profesional pero son reventados por el lumpen que, envalentonado, para colmo nos amenaza.
No, nada es casual en la zona San Luis-San Gil. ¿Hacia una situación similar a la de las Tres Mil Viviendas? Sin duda. Señor alcalde, señor gerente de Urbanismo, son ustedes los responsables.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de julio de 2002