Son únicos. Desde las primeras notas de ese songo tropical que se inventó Juan Formell, uno sabe que está ante los Van Van. Una mezcla original de cuerdas, metales, percusión y teclados. Sus canciones suelen llevar poderosos estribillos que los cubanos se saben al dedillo y que se suman a las expresiones populares cotidianas. El maestro Formell, agarrado a su bajo blanco, tiene el don de conectar con hallazgos tan sencillos y eficaces como 'ten cuidao, mira pa'trás, mira pa'los laos'. Una radio ambulante que cultiva el doble sentido y propaga por la isla eslóganes humorísticos con pasmosa facilidad.
Permiso, que llegó Van Van: tocaron una selección de los años setenta, el repertorio más reciente y algún número inédito. Con una primera línea de cuatro cantantes -solían ser tres- y presencia inesperada de una mujer. El sonido fue ése, abigarrado e incluso cacofónico, que gusta a su público en La Habana. Con Somos cubanos, Soy todo (¡Ay, Dios, ampárame!) o Esto me pone la cabeza mala, convirtieron el patio central del Conde Duque en una sucursal europea de La Tropical habanera.
Van Van
J. Formell (director y bajo), R. Hernández, M. Rivera, Y. Valdés y A. Rosales (voz), S. Formell (batería), R. Rodríguez y B. Luna (teclados), I. Frontela y P. Fajardo (violín), hasta 16 músicos. Conde Duque. Madrid, 6 de julio.
En Cuba han visto desfilar a muchas orquestas que pretendían birlarles el puesto. De la mayoría nunca más se supo: el éxito efímero las abocó a la disolución o a sobrevivir con un perfil bajo. Los Van Van, en cambio, siguen ahí. Ni los achaques de Formell, ni las deserciones del cantante Pedrito Calvo o del pianista César Pupi Pedroso parecen haber hecho mella en esta apabullante máquina para bailadores. Hoy por hoy, y van más de 32 años, nadie les gana. Juan Formell y los suyos lo cantan: 'No hagan caso de rumores, los Van Van, como siempre, fuera de liga'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de julio de 2002