El Gobierno estadounidense tiene previsto iniciar una campaña masiva de vacunación contra la viruela, aseguraba ayer en portada The New York Times. El plan incluye vacunar a medio millón de personas, esencialmente médicos y personal sanitario, es decir, los primeros que atenderían a las posibles víctimas de un ataque bacteriológico. Se trata de una política que no se practicaba desde hace 30 años.
El artículo de The New York Times sitúa la decisión de Washington en el contexto de un eventual ataque contra Irak, que se sospecha conserva almacenadas grandes cantidades de viruela. Estados Unidos y Rusia son los dos únicos países que han reconocido tener existencias del virus.
Altamente contagiosa, la viruela fue oficialmente erradicada en todo el mundo en 1980. Se estima que los efectos de la vacuna, a la que se sometieron una gran mayoría de adultos, se disipan con el tiempo, por lo que gran parte de la población está desprotegida. El promedio de la enfermedad es el de un muerto por cada tres infectados.
Después de los atentados del 11-S contra Nueva York y Washington, y tras los ataques con ántrax en diversos organismos oficiales de EE UU, el Gobierno estadounidense mandó acelerar la fabricación de vacunas contra la viruela. La Administración federal dispone ahora mismo de unos 100 millones de dosis (que pueden convertirse en 160 millones de dosis si se diluyen, sin que lleguen a perder su efectividad) y espera que a finales de año tenga una para cada estadounidense (280 millones de personas).
La primera campaña de vacunación, que afectaría al personal hospitalario, empezará "pronto", asegura el rotativo neoyorquino, sin dar fechas. Estará a cargo el secretario de Salud, Tommy Thompson, y del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (en inglés, CDC) de Atlanta, donde están almacenadas las existencias del virus. La Casa Blanca tiene la última palabra.
Ataque masivo
Hace unos días el consejero de Thomspon en bioterrorismo, Donald Henderson, aseguró que se estaban barajando varias posibilidades. "Estamos viendo la mejor manera de proteger al país y viendo cuántos hospitales y cuántas personas deberían ser vacunadas", dijo Henderson. Tomó como ejemplo un ataque masivo en el que participarían 2.000 hospitales en todo el país. Se necesitaría entonces inmunizar a 500.000 miembros del personal sanitario, la cifra avanzada ayer por The New York Times.
Hace dos semanas un panel de expertos federales recomendó al Gobierno que vacunara al personal especializado y a los equipos antibioterrorismo para crear un "cerco" que protegiera a la población sana de las primeras víctimas, en total, unas 15.000 personas. Esta cifra ha sido incrementada ahora a medio millón. El informe oficial aconsejaba crear unos 280 equipos especializados, cada uno compuesto por una docena de personas entre médicos, enfermeras y policías, para responder ante cualquier eventualidad.
Aunque el Gobierno de Estados Unidos planea extender la vacunación masiva al resto de la población, algunos expertos han puesto en duda la eficacia de tales medidas por varias razones: la población se desplaza ahora mucho más que antes, facilitando la propagación del virus y creando flancos en el "cerco" de protección que se trata de crear; además argumentan que una vacunación masiva sólo funcionaría en caso de ataque menor y localizado; la vacuna usa un virus vivo, la vaccinia, "primo" de la viruela, que en algunos casos puede resultar igualmente peligroso e incluso mortal. Las vacunas contra la viruela dejaron de inocularse de forma masiva en Estados Unidos hace treinta años. Desde entonces, en todo el país se ha vacunado excepcionalmente a unas 11.000 personas que trabajaban en laboratorios con el virus de la viruela o enfermedades relacionadas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de julio de 2002