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El fiscal pide para una sindicalista una multa por resistencia a la policía

Una representante de UGT fue detenida en la protesta de los chóferes

María José Valenzuela, presidenta del comité de empresa del colectivo de conductores del parque móvil de la Generalitat por UGT, declaró ayer ante el juez acusada de desobediencia a la autoridad policial. La fiscal solicitó 30 días de multa por un delito de resistencia policial. El abogado pidió la absolución. En la vista oral celebrada ayer también declararon dos policías que actuaron en el encierro que durante 40 días protagonizó el colectivo de chóferes en la sede de la Consejería de Economía, y dos testigos de los hechos.

La sala de vistas en los juzgados de la calle de Navarro Reverter de Valencia no pudo acoger a los más de 30 ugetistas que acudieron a apoyar a María José Valenzuela. Con las puertas de la sala abiertas de par en par, el titular del Juzgado de Instrucción número 18 tomó declaración a los denunciantes, dos policías, a la denunciada y a dos testigos presenciales de los hechos, que quedaron vistos para sentencia. El 15 de diciembre de 2001, pasadas las 15.15, ocho policías de paisano y cuatro de uniforme entraron por el acceso lateral al patio central de la Consejería de Economía. María José Valenzuela y otros dos compañeros se encontraban sentados en unos sillones. Detrás de ellos, sobre una mesa, había algunos alimentos. Y debajo un hornillo eléctrico que durante los 37 días de encierro que llevaban como protesta laboral había servido para calentar café e incluso para contrarrestar el frío nocturno dado que la calefacción se apagaba durante la noche.

Según Valenzuela, al ver que la policía procedía a recoger la comida, se levantó del sillón y les pidió que no se la llevaran, así como el hornillo, en el que aquella misma mañana habían asado varias sardinas. El enfrentamiento verbal duró pocos minutos y ella asegura que fue reducida, esposada y detenida sin que se le leyeran sus derechos. Su abogado considera que la detención fue ilegal.

Los dos policías afirmaron que la detuvieron porque se agarró al hornillo sin querer soltarlo, que no la esposaron y que la detuvieron a efectos de identificación. Los testigos sólo pudieron afirmar que oyeron los gritos de Valenzuela al ser reducida pero que una pantalla humana de agentes les impidió ver más.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 10 de julio de 2002