Anna Birulés estrenó departamento hace dos años, de forma que la gestión de las actividades de I+D pasaron del Ministerio de Educación al nuevo de Ciencia y Tecnología, creado sobre la estructura del antiguo Ministerio de Industria que había dirigido Josep Piqué. Ha sido la gestión directa de las actividades de I+D, especialmente del Plan Nacional de Investigación, la que ha minado la confianza de la comunidad científica en Birulés hasta un nivel de rechazo y crítica como no se había conocido en España desde que hace 20 años arrancó un sistema moderno de ciencia. Las incertidumbres sobre los proyectos de investigación financiados con fondos públicos y los retrasos en los pagos de los mismos han llevado a una situación crítica a muchos laboratorios, donde se realiza ciencia de nivel internacional. Paralelamente, la inversión de España en I+D no ha aumentado significativamente y está en el 0,9% del PIB, menos de la mitad de la media de la UE.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 10 de julio de 2002