La Cámara de Representantes de EE UU aprobó ayer un proyecto de ley que autoriza a todos los pilotos de líneas aéreas a llevar armas de fuego en las cabinas de los aviones para defenderse de atentados terroristas. La medida, que busca ofrecer una última garantía de seguridad ante un secuestro o acción terrorista, fue aprobada por una mayoría de 310 votos a favor y 113 en contra.
El legislador republicano de Alaska Don Young, que patrocinó la medida, logró persuadir a sus colegas al recordar que, en las circunstancias actuales, los aviones militares tienen autorización para derribar cualquier avión que sea secuestrado. "Debemos permitir que los pilotos entrenados y cualificados sirvan como última línea de defensa contra cualquier desastre potencial", dijo Young momentos antes de la votación.
El texto aprobado por la Cámara baja del Congreso estadounidense eliminó el carácter experimental de la medida, que en principio sólo iba a durar dos años. La medida también autoriza a las azafatas a recibir entrenamiento en defensa personal. La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) estaría a cargo de la capacitación de los pilotos en el uso de armas de fuego si el proyecto de ley es finalmente aprobado por las dos cámaras del Congreso.
A raíz de los atentados terroristas del año pasado, la Asociación de Pilotos de Aerolíneas, que ha donado más de medio millón de dólares a candidatos políticos desde enero de 2001, presionó al Congreso para aumentar la seguridad en los vuelos y permitir que éstos porten armas para defenderse.
Pero el proyecto de ley afronta la oposición de la Casa Blanca y de influyentes miembros del Senado, que consideran que la misión principal de un piloto es conducir el avión sin poner en riesgo la seguridad de los pasajeros. Para el Gobierno, la ley de seguridad aérea, aprobada por el Congreso en noviembre, y otras medidas -como el reforzamiento de las puertas de las cabinas y el uso de agentes encubiertos en muchos vuelos-, son suficientes para prevenir actos terroristas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de julio de 2002