La Guardia Civil busca desde ayer por los alrededores de Llíria los restos de un cadáver, un arma de fuego y parte del botín de un atraco cometido hace una década en Alicante. Un hombre que cumple prisión en Pamplona por atracos con arma de fuego, algunos de ellos cometidos en la provincia de Alicante, ha confesado, según fuentes del caso con el objetivo de redimir parte de su pena, que hace 10 años después de un importante golpe, la banda a la que pertenecía se enzarzó en una discusión saldada a tiros. Uno de los al menos cuatro integrantes del grupo de atracadores, especializados en joyerías, fue asesinado, entre otros, por el preso que ha confesado.
Los restos del cuerpo, el arma homicida y al parecer parte del botín fueron enterrados en la zona de Llíria. Efectivos de la Guardia Civil iniciaron la búsqueda ayer, 'un tanto a ciegas', siguiendo indicaciones del preso. Los restos están enterrados en un punto cercano a una carretera comarcal, próximo a un polígono industrial junto al casco urbano de Llíria. Las mismas fuentes apuntaron que hoy continuarán las pesquisas, dirigidas por la policía judicial de Madrid, y resaltaron que el paisaje al que hace referencia el preso de Pamplona se ha visto alterado urbanísticamente en los últimos años y que el condenado no ha dado detalles más precisos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de julio de 2002