Los mercados comenzaron la sesión con cierta euforia compradora, pero con gran cautela ante un panorama que sigue siendo muy incierto para la renta variable. Las bolsas amanecían celebrando el comportamiento moderado de Wall Street el pasado jueves y las noticias de resultados empresariales correspondientes al segundo trimestre. Varias compañías tecnológicas, Jupiter, Dell Computers y General Electric, publicaron resultados mejores de lo esperado por los analistas, lo que dio a las bolsas cierto aire de optimismo.
Las compras no se hicieron esperar, teniendo en cuenta las fuertes caídas de los últimos días, y muchos valores registraban subidas importantes en sus cotizaciones que llevaron al Ibex 35 a ganar cerca de un 3%. Cuestión de precios fue, en parte, lo que permitió un repunte de todas las plazas europeas, aunque muchos analistas siguen pensando que el inversor final no aparece en la renta variable, tal y como lo reflejan las cifras de contratación. En el mercado continuo se negociaron 1.600 millones de euros y se situó en la zona de los mínimos anuales.
La volatilidad de los mercados se volvió a poner de manifiesto, sobre todo cuando Wall Street abrió sus puertas y se conoció el índice de confianza de los consumidores que elabora la Universidad de Michigan, dato peor de lo esperado. La cifra pasó de 92,4 a 86,5 y cierto nerviosismo se adueño de las plazas que rápidamente optaron por deshacer posiciones. No obstante, al final se impuso la calma y se logró finalizar en la misma línea con que se operó prácticamente a lo largo de todo el día.
El Ibex 35 ganó un 1,31%, pero en la semana se anota una pérdida del 5%, mientras que la Bolsa de Madrid subió el 1,22%, con un descenso en las cinco sesiones del 4,87%.
El euro mantuvo los niveles moderados de los últimos días al marcar un cambio medio en 0,9873 dólares.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de julio de 2002