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La Olavide retira la televisión y juegos de mesa que cedió a los encerrados

La Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla ha retirado a los inmigrantes que permanecen encerrados en el campus la televisión y la mesa de pimpón que les facilitó escasas horas después de iniciarse la protesta. Los inmigrantes se mostraron molestos con el gesto de la UPO, que, según Aruna, uno de los portavoces de los encerrados, persigue mantenerles alejados de las noticias difundidas sobre el encierro. 'No quieren que veamos la información', declaró Aruna a Efe.

La comisión gestora de la UPO de Sevilla ya avisó el viernes de que, a su juicio, la protesta de los inmigrantes que permanecen encerrados en el campus 'carece de sentido', una vez que parte del colectivo 'no ha querido o no ha sabido aprovechar' las oportunidades que se le han brindado para resolver el conflicto.

El portavoz de los inmigrantes aseguró también que, después de que medio centenar de marroquíes y mauritanos abandonasen el campus en la madrugada del viernes, ningún encerrado más ha salido del recinto. Aruna añadió que todos los que permanecen en la UPO mantienen su postura de seguir adelante con la protesta ya que consideran que si abandonan ahora se encontrarán en la misma situación que antes de iniciar el encierro.

Los inmigrantes estaban ayer 'a la espera' de una respuesta por parte de la Delegación del Gobierno en Andalucía, después de que el viernes pidieran negociar directamente con el delegado andaluz, José Torres Hurtado, y rechazaran de nuevo la propuesta del defensor del Pueblo, José Chamizo, de sacar adelante los procedimientos administrativos de forma individual según la situación de partida de cada inmigrante.

Por otra parte, fuentes de los vigilantes de seguridad de la universidad confirmaron ayer que tienen órdenes de pedir el carné de identidad a todas las personas que quieran acceder al campus y que tienen una lista con más de una decena de nombres de miembros de la red de apoyo a los encerrados a las que deben impedir el paso al recinto.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de julio de 2002