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OPINIÓN DEL LECTOR

Mirar al suelo

Cuando camino por las calles de alrededor de mi casa, en el centro histórico de Valencia, sólo miro al suelo, mientras voy dando saltitos. Es la única forma de esquivar los vómitos de fin de semana y las cacas de los perros, cuyos dueño se comportan del mismo modo que los responsables políticos de la ciudad: miran a otra parte. Yo siempre miro al suelo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de julio de 2002