Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Tres policías para 60 internos

El sistema de seguridad del Centro de Internamiento de Extranjeros de Moratalaz es la gran asignatura pendiente, según los sindicatos policiales. Sólo dos o tres agentes se encargan de vigilar a los 60 internos que, por término medio, acogen estas dependencias. Esta falta de personal genera 'un grave riesgo para los funcionarios'. Para estar más protegidos deberían duplicar, como mínimo, el número de efectivos. La Jefatura Superior de Policía replica que se han destinado más agentes en las últimas semanas y que en los meses de verano se ha reforzado la plantilla con agentes antidisturbios.

Los sindicalistas critican la situación de sus compañeros, que son destinados al centro muchas veces como 'castigo', según José Miguel Lorenzana, del Sindicato Profesional de Policía Uniformada (SPPU). 'Los inmigrantes, al verse en esa situación, están dispuestos a todo y no dudan en agredir a los policías o montar bronca para alargar su estancia en España antes de ser expulsados', explica Lorenzana.

'En cuanto se da el mínimo problema o hay una fuga, a los policías se les abre un expediente disciplinario, a pesar de que se juegan a diario su integridad física', señala José Ignacio Cervigón, del SUP. Además, al no estar en puestos de investigación ni de especialización, los pluses de productividad son los menores de la jefatura.

El máximo responsable de la Brigada de Extranjería discrepa de la versión sindical y asegura que el centro de extranjeros de Moratalaz es el mejor dotado de personal de los ocho existentes en España. De hecho, los antidisturbios se han destinado a este servicio para mejorar la seguridad del resto de agentes. 'Sabemos que son puestos ingratos, y por eso proponemos felicitaciones [que incluyen gratificación económica] a los agentes por actuaciones que en otras comisarías resultarían rutinarias. Es la forma de premiarles', dice este mando. 'Además, no debe de ser tan ingrato cuando hay policías que han pedido ir a este sitio voluntariamente', concluye.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de julio de 2002