José Serra, ex ministro de Sanidad, es el candidato del actual presidente Cardoso y, de alguna manera, de su Gobierno. Representa la continuidad de la política del Plan Real, aunque su historia lo hace suponer más empeñado en las cuestiones sociales. Su origen es de izquierdas. Fue exiliado durante la dictadura, acusado de ser comunista. Es hijo de emigrantes pobres, y todos le reconocen que tuvo mucho coraje cuando se enfrentó con las grandes multinacionales farmacéuticas para quebrar el monopolio de las medicinas más importantes, sobre todo las usadas contra el sida. Ello hizo posible que el sida, al revés que en otros países, esté disminuyendo en Brasil. Ofrece estabilidad y continuidad, seguiría con la actual política económica, aunque promete aumentar las exportaciones. Su peor defecto es la falta de carisma. Siempre fue considerado un ministro duro y antipático, aunque todos reconocen su aguda inteligencia y su gran preparación cultural.
Lo que más está ofreciendo a sus posibles votantes es su capacidad para conseguir consensos y para el diálogo con sus adversarios. Dice que es el ministro y el senador que hizo aprobar el mayor número de leyes en el Parlamento y que eso supone 'paciencia y capacidad de persuasión'. Sus adversarios han intentado involucrarlo en algunos escándalos de corrupción en la financiación de sus anteriores campañas electorales, pero aún no lo han conseguido. Su eslogan es: 'Conmigo, Brasil no será como Argentina'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de julio de 2002