No puedo mostrar más que perplejidad cuando el Ministerio de Medio Ambiente ha iniciado recientemente una campaña bajo el lema 'Cambiemos el mundo sin cambiar el planeta'. Cómo se atreven a hacer tal afirmación cuando ese mismo organismo está promoviendo un Plan Hidrológico Nacional, la base del cual es el trasvase de 1.050 hectómetros cúbicos de agua del río Ebro hacia las zonas excesivamente pobladas e industrializadas de Barcelona, macroturísticas de Valencia y Murcia y de agricultura especulativa de Almería. ¿Cómo se entiende tal campaña si para realizar el trasvase tendrán que construirse imponentes obras hidráulicas, donde el hormigón será el destacado protagonista? Cómo pretenden hacernos creer que realizando tales obras 'no cambiarán el planeta'.
¿Alguien me lo puede explicar de forma racional?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de julio de 2002