Las interrupciones voluntarias de embarazo de menores de 20 años fueron 950 durante el año 2000 -un 15,9% del total-, una cifra que sitúa a este grupo de edad a la cabeza de los que más han crecido. Ésta es una de las conclusiones que se extraen del informe Infancia y Juventud en la Comunidad Valenciana, presentado ayer, elaborado por la Fundación Valenciana de Estudios en Infancia y Juventud, que preside Joaquín Colomer, y publicado por Bancaixa. El estudio aborda la situación del menor y los adolescentes a través de una recopilación de datos y estadísticas agrupadas en aspectos como la demografía, la salud, los estilos de vida o la educación, la formación y el empleo de los jóvenes. El documento se detiene también en el descenso de la natalidad de los últimos años -compensado recientemente por los hijos de inmigrantes- que ha situado a la franja de población menor de 15 años en el 20%, una cifra que emplaza a la Comunidad Valenciana a la cola de Europa, ya que sólo el Reino Unido e Italia cuentan con datos peores.
El trabajo recoge que el 12% de los menores españoles son pobres, una circunstancia que se asocia a vivir en familias afectadas por el desempleo o los salarios reducidos, además del bajo gasto en políticas sociales. Además, las tasas de paro juvenil en la Comunidad son de las más altas de Europa, especialmente entre las chicas, y se mantienen igual desde los últimos 10 años. El repaso incluye datos sobre mortalidad, entre los que destacan que los accidentes de vehículo a motor son la primera causa de muerte entre los 15 y los 24 años, con un 40,9% de los casos, por delante de los suicidios o las autolesiones (6,2%), o el envenenamiento accidental (3,6%).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de julio de 2002