Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
OPINIÓN DEL LECTOR

Profesionalidad y calidad humana

Hace unos días mi padre (nuestro padre, esposo, abuelo...) fallecía tras unos días en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Requena. Y lo hizo lejos de su casa en Bilbao. Estaba pasando sus vacaciones, como los últimos 10 años, en el Balneario de Cofrentes, y nada anunciaba este desenlace.

Por encima de la tristeza y el dolor de estos momentos, a su familia nos ha parecido de justicia hacer público nuestro profundo agradecimiento a tantas personas que en esas tierras valencianas se volcaron con nosotros. Por ejemplo al personal del Balneario de Cofrentes y a muchos de los que allí pasaban sus días de descanso. O a las personas que regentan el Hostal Avenida de Requena. Por supuesto, al equipo médico del Balneario y al que lo trasladó en helicóptero hasta Requena.

Y, muy especialmente, a todos los trabajadores del Hospital de Requena. Desde el guarda jurado al último de los médicos de la U.C.I., pasando por los celadores o los enfermeros y enfermeras de ese Centro. Sin duda su profesionalidad es alta, pero su calidad humana aún lo es más. Todo fueron facilidades, detalles personales y muestras de cariño, en unos momentos muy difíciles. Los valencianos pueden estar orgullosos del equipo humano de ese Hospital. Estuvo en buenas manos: se merecía lo mejor y lo tuvo. A tal señor, tal honor.

El recuerdo final no puede ser bueno para nosotros, pero nuestro reconocimiento sale del fondo de nuestros corazones para tanta gente que, en Requena y en Cofrentes, nos hicieron sentir un poco mejor. Por todo ello, gracias, muchas gracias.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de julio de 2002