Al menos ocho militares y los cuatro tripulantes del helicóptero Mi-8 en el que viajaban murieron ayer al estrellarse el aparato cuando cubría una ruta en el Cáucaso norte ruso, entre las repúblicas de Osetia del Norte e Ingushetia, una república fronteriza con Chechenia, donde la guerra entre las fuerzas federales rusas y los rebeldes separatistas dura ya tres años, con miles de muertos.
Fuentes del Ejército ruso informaron a la cadena de televisión estatal RTR del accidente, después de que el propio mando militar señalara la desaparición del aparato. Según la cadena pública ORT, todas las hipótesis, incluida la posibilidad de que el helicóptero haya sido derribado por disparos, están siendo investigadas.
El contacto por radio con el Mi-8 se perdió en la tarde del sábado cuando transportaba a ocho militares de la unidad de guardafronteras Nazránov, además de sus cuatro tripulantes, también militares.
Los accidentes de helicópteros son relativamente frecuentes en Rusia. La semana pasada, un Mi-6 se estrelló en la región ártica, causando la muerte a las 21 personas que viajaban a bordo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de julio de 2002