En medio del estío, la hinchada del Barça se desplazó ayer masivamente al Camp Nou -registró media entrada- para observar de cerca las caras del tercer proyecto de Joan Gaspart; para comprobar que Rivaldo ya no viste la zamarra con el 10; que, por fin, Riquelme ya luce de azulgrana, y que en la foto de familia faltaban caras añoradas como las de Abelardo y Sergi. En pocas ocasiones, una cita de presentación había despertado tanto interés entre la afición azulgrana. La última, hace cinco años, cuando Louis van Gaal se puso por primera vez al frente del equipo. El regreso del técnico holandés y las decisiones tomadas desde su llegada han vuelto a activar la alerta del aficionado que, ayer, mostró de forma evidente su desacuerdo con alguna de ellas. Ni siquiera esperó al inicio de la ceremonia, que se retrasó un cuarto de hora, para dirigir dos sonoras pitadas al palco. Gaspart había hecho acto de presencia. El presidente, después, restó importancia a los silbidos y dijo que la afición es agradecida y por eso aclamó a Rivaldo.
La reprobación al presidente fue casi tan estruendosa como los cánticos que los aficionados dedicaron al gran ausente, Rivaldo. El Camp Nou coreó su nombre como en las grandes noches del brasileño. Y la megafonía, rauda y veloz, se encargó de silenciar el clamor. Pero la afición no falló. La grada se llenó de pancartas en favor del crack repudiado. "Un Camp Nou sin Rivaldo es como una Navidad sin aguinaldo", rezaba una de ellas. "Rivo=Dios", "Rivaldo, te queremos". "Gaspart fuera" o "Pitu, Sergi y Rivaldo, forever", eran otras de las inscripciones.
Más división generó Van Gaal. En su regreso, el técnico holandés, menos ufano que hace tres años, arrancó el aplauso de buena parte de una grada que nunca se mostró tan entusiasta como el palco presidencial. Si la salida al campo del técnico fue bien recibida en general, no lo fue tanto su breve discurso que se vio interrumpido en ocasiones por sonoras pitadas. "Esperamos una temporada llena de éxitos", dijo Van Gaal tras saludar en catalán.
"Se lo contaré a mis nietos"
La ovación más fuerte la arrancó el fichaje estrella de la temporada: Riquelme. Junto con el meta Enke y el ex jugador del Lazio Mendieta, eran las caras nuevas y las llamadas a generar ilusión.
Antes de la presentación, Luis Enrique, resumió sus sentimientos ante la ruptura entre el Barça y Rivaldo. "Jugar con él ha sido un placer y se lo contaré a mis nietos. Ha sido una grandísima experiencia para mí", afirmó. "Ha sido una sorpresa, por la manera tan rápida como se ha producido. No podemos decir que haya acabado mal porque no sabemos qué ha pasado". El jugador internacional del Barcelona elogió la facilidad goleadora de su ex compañero y del "nivel" de alguno de los tantos que logró. "Destacaría su entereza como persona, por la manera en que se ha adaptado a Barcelona. Estamos hablando de uno de los tres mejores jugadores del mundo, que ha dado un gran rendimiento".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de julio de 2002