Convergència i Unió (CiU) y, sobre todo, Artur Mas, pueden respirar tranquilos: si del Partido Popular (PP) depende no habrá elecciones anticipadas en Cataluña ni prórroga de presupuestos. Ayer, el vicepresidente del Gobierno central, Rodrigo Rato, anunció en Barcelona la predisposición del PP a apoyar a los nacionalistas en el Parlamento catalán hasta el final de la legislatura de forma "leal". El mismo día en que Mas se esforzaba en poner sordina a su alianza con el PP, Rato demostró que el debate del estado de la nación, lejos de distanciar a ambos partidos, como aseguran en CiU, ha servido para afianzar este pacto, que, como recordó el ministro, dura ya seis años "en beneficio de la sociedad catalana".
Rodrigo Rato aprovechó su presencia en Barcelona, donde pronunció una conferencia -Cataluña progresa, España avanza-, para anunciar el compromiso formal del Partido Popular por la gobernabilidad en Cataluña. Tras el debate del estado de la nación en el Congreso de los Diputados, los dirigentes populares ya anunciaron que daban por finalizado el "periodo de reflexión" sobre sus relaciones con Convergència i Unió. Y ayer, el vicepresidente y ministro de Economía confirmó que la alianza entre CiU y PP continúa sólida, por más que los nacionalistas se esfuercen en marcar distancias.
Ya en el citado debate en el Congreso ambos partidos demostraron que pese a sus desencuentros son capaces de pactar sus acuerdos e incluso sus desacuerdos. En ese debate ambas fuerzas políticas sumaron sus votos en 20 ocasiones para sacar adelante sendas resoluciones. CiU insistía en que pese a estas coincidencias -fundamentalmente en materia económica y social- la coalición había demostrado su plena autonomía respecto del Partido Popular, aunque en Cataluña le necesiten para mantenerse al frente del Gobierno autónomo. Como es habitual, en las cuestiones sobre el autogobierno fue en las que la formación que dirige Jordi Pujol más se distanció de las tesis de los populares al reclamar el traspaso de 39 competencias, su presencia en organismos internacionales y el reconocimiento de las selecciones deportivas catalanas.
"A los ciudadanos catalanes no les tiene que quedar ninguna duda sobre la predisposición del PP". Rato no podía ser más claro. El PP apuesta por la "gobernabilidad" en Cataluña hasta el final de la legislatura, en otoño de 2003, con lo que se despeja cualquier amago de elecciones anticipadas. "Es bueno recordar", añadió, "que la anterior legislatura se cumplió entera gracias a nosotros y que ésta también se cumplirá entera en lo que de nosotros depende, porque queremos un Gobierno que dure cuatro años en beneficio de toda la sociedad catalana".
Por si CiU albergaba alguna duda sobre el apoyo de los populares, Rato subrayó que el PP apuesta por la "gobernabilidad desde la lealtad". El vicepresidente segundo aseguró que su partido tiene el aval "de haber garantizado la estabilidad durante seis años".
Ayer mismo, el conseller en cap, Artur Mas, tras la ejecutiva de Convergència, especulaba sobre un posible adelanto electoral en Cataluña y afirmaba que los comicios "podían ser en cualquier momento" al no tener garantizados los votos del PP. En cualquier caso, y con el objetivo de soslayar la alianza que el PP y CiU han certificado en el debate del estado de la nación, Artur Mas arremetió contra los socialistas por no haber votado a favor de las propuestas soberanistas que CiU presentó en el Congreso.
Crítica a los socialistas
La abstención del PSC demuestra, según el conseller en cap, el doble lenguaje en materia de autogobierno de los socialistas porque mientras en Cataluña exhiben su lado nacionalista, en Madrid se supeditan a los designios del PSOE.
"Los socialistas engañan a la gente", afirmó Mas, y también "engañaron" a los "ingenuos" de Esquerra Republicana de Catalunya y de Iniciativa per Catalunya-Verds por haber pactado un texto en la comisión parlamentaria sobre el autogobierno. Por ello, anunció Mas, CiU rechazará llegar a acuerdos unitarios en la comisión con el PSC.
Si en la práctica existían pocas posibilidades de que la comisión consensuara un texto, Mas se encargó de liquidar cualquier esperanza. Será el segundo fracaso. En la anterior legislatura, una comisión similar acabó en nada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de julio de 2002