La Bolsa española vivió una jornada marcada por una fuerte volatilidad. Durante gran parte del día las compras hicieron su aparición debido a los niveles atractivos de muchas empresas. Los inversores comenzaron a tomar posiciones, aunque con un volumen de negocio muy escaso, con lo que el Ibex 35 llegó a subir cerca del 3%. No obstante, en las últimas horas de contratación las bolsas fueron perdiendo fuerza y de nuevo las ventas marcaron la pauta.
Nadie confía en estos momentos en la renta variable y sobre todo porque nadie se atreve a aventurar donde está el fondo del mercado. Los más optimistas piensan que lo peor ya ha pasado y ahora las bolsas tendrían que iniciar un recorrido alcista, pero lo cierto es que son pocos los que se atreven a arriesgar su dinero. Ayer, la compañía de telecomunicaciones estadounidense AT&T publicó unas pérdidas netas de 12.700 millones de dólares en el segundo trimestre del año, debido al cambio en la contabilidad de algunas partidas. No obstante, en España empresas como Endesa, Corp. Mapfre y Acerinox comenzaron a dar sus resultados, buenas en su mayoría, lo que tendría que haber provocado cierta reacción.
En un panorama de gran incertidumbre, generado principalmente por los escándalos empresariales, todas las plazas europeas volvieron a finalizar con un claro signo negativo en sus indicadores. El índice general de la Bolsa de Madrid perdió el 1,24%, mientras que el Ibex 35 se dejó el 1,49%, con el tercer mínimo del año consecutivo y vuelta a los niveles de noviembre de 1997. En el resto de Europa, las pérdidas también fueron protagonistas siendo la más abultada para París que se dejó el 2,53% y Londres cerca del 1%.
El volumen de negocio en el mercado continuo fue de 1.825 millones de euros. La divisa europea dejó atrás la paridad con el dólar, después de más de una semana por encima, y marcó un cambio medio en 0,9910 unidades.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de julio de 2002