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La 'crisis de Perejil' obliga a aplazar la reestructuración de los ejércitos

Defensa suprimirá por decreto las históricas capitanías generales

La crisis de Perejil ha obligado a aparcar el proyecto de reforma de las Fuerzas Armadas, que suprimirá las históricas capitanías generales (regiones militares, regiones aéreas y zonas marítimas). Desde hace dos semanas, el Gobierno tiene sobre la mesa cuatro decretos que configuran la reforma: reestructuración del Ministerio de Defensa, agregadurías militares, delegaciones de Defensa y representación institucional. Pese a suprimir las capitanías, un teniente general o almirante representará a las Fuerzas Armadas en cada autonomía.

Las Fuerzas Armadas enterrarán definitivamente su estructura territorial para pasar a otra basada en mandos de carácter funcional. Este cambio, que se ha introducido progresivamente en los últimos años, culminará con la aprobación de los nuevos decretos, que el Gobierno ha aparcado provisionalmente para no dar imagen de provisionalidad militar en plena crisis con Marruecos. De hecho, hay varias capitanías generales que han quedado vacantes y no se han cubierto a la espera de aplicar la nueva estructura.

En el Ejército de Tierra, el más afectado por la reestructuración, desaparecerán las regiones militares. En su lugar, y junto a los mandos funcionales ya existentes (Personal o Doctrina) se crearán la Inspección General del Ejército, que se ocupará de la calidad de vida de los soldados profesionales y de las infraestructuras, y el Mando Logístico Operativo, que apoyará todas las operaciones, tanto en territorio español como en el extranjero.

Pese al abandono de la estructura territorial, Defensa quiere que las Fuerzas Armadas tengan presencia en las principales comunidades autónomas, y eso ha desencadenado presiones políticas en torno a la ubicación de los nuevos mandos, cuyos titulares serán tenientes generales. Así, la Inspección General del Ejército estará en Barcelona (hoy sede de la Región Militar Pirenaica) y el Mando Logístico Operativo en A Coruña (sede la Región Militar Noroeste). El Ejército propuso que éste estuviera en Valladolid, pero al final parece imponerse el criterio de que haya un teniente general en Galicia.

Los tenientes generales ostentarán la representación institucional de las Fuerzas Armadas en la comunidad donde residan y en las más próximas. La excepción será Andalucía, donde se repartirá entre el teniente general de Sevilla, para las provincias interiores, y el almirante jefe de la Flota, para las marítimas. No estaba previsto mantener ningún general de tres estrellas en Sevilla, pues el proyecto era trasladar a la capital andaluza el cuartel general de la Fuerza de Maniobra, actualmente en Valencia, cuando en esta ciudad se constituya el Cuartel de Alta Disponibilidad de la OTAN. Pero, mientras, en Sevilla estará el mando de las unidades que no forman parte de la Fuerza de Maniobra.También el Ejército del Aire tendrá un mando para las Fuerzas Aéreas Auxiliares y la Marina de Guerra, un almirante responsable de las patrulleras y buques no adscritos a la Flota. Este nuevo mando, Almar, estará previsiblemente en Cartagena (Murcia), ciudad a la que está muy vinculado el actual ministro de Defensa.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de julio de 2002