La historia ha demostrado que una de las columnas sobre las que se sostenía el aparato represivo del nazismo, la Gestapo, tenía muy pocos miembros en plantilla. Este aparato represivo se sustentó organizando una red de informadores, ciudades, pueblos, por barrios y bloques de viviendas, formada por ciudadanos que se dedicaban a espiar a otros ciudadanos. En España, de los años más duros del franquismo también nos quedan recuerdos de ese proceder.
Y ahora nos enteramos de que el país más demócrata del mundo quiere poner en marcha un programa de 'detección del terrorismo' que utiliza los mismos métodos que la Gestapo. ¿Cuál será el próximo paso? ¿Derogar la ley del hábeas corpus?
¿Cuándo llegará el momento en que nos preguntemos en qué se está convirtiendo la humanidad?, ¿en qué nos estamos convirtiendo? (Por cierto, ¿quién se acuerda ya de los afganos enjaulados de Guantánamo? El tiempo pasa muy deprisa y el olvido llega más deprisa aún).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de julio de 2002