La presente carta es para manifestar mi opinión sobre la nueva tarjeta +25 que recibí ayer en mi domicilio junto con una carta firmada por Artur Mas en la que se me indican las utilidades de la misma (en resumen, según Mas, una ayuda para el ahorro de los jóvenes entre 26 y 29 años).
Quiero indicar que, como joven de 26 años, mis aspiraciones giran en torno a otras cosas más importantes e incluso necesarias, como es, por ejemplo, comprarme un piso que se adapte a mis necesidades tanto económica como personalmente y que llevo buscando desde hace tiempo en mi ciudad (Barcelona). En vista de como está el mercado, de las precaraias condiciones de las viviendas más económicas, veo que deberé buscarlo en las afueras de Barcelona como hacen la mayoría de mis amigos (todos jóvenes entre 26 y 29 años), con la obligación de aparcar la ilusión de vivir donde he vivido siempre porque nuestros sueldos no se adaptan a los precios actuales de las viviendas.
Me gustaría poder enviar este escrito a Artur Mas para agradecer sus ayudas a la hora de comprar una vivienda pero, con todo respeto, por ahora sólo puedo manifestar mi disconformidad con los tipos de ayuda que me ofrece, que, más que una forma de ahorro es una forma de gastar dinero con la excusa de culturizar a la juventud.
Agradecería que me contestara por qué las únicas ayudas que recibimos los jóvenes al independizarnos son pisos pequeños y sólo de alquiler. Como joven quiero un piso de propiedad, no de alquiler.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de julio de 2002