Ante la falta de decisión y visión de los políticos que nos gobiernan y las decisiones subjetivas e interesadas de los historiadores, sería una gran lección que los ciudadanos de Salamanca, cuna del pensamiento y de la cultura como demuestra sus magníficas universidades, sus museos y también sus archivos, decidiesen devolver a los ciudadanos de Catalunya aquellos documentos sustraídos a la Generalitat durante la guerra civil por las tropas franquistas. Los ciudadanos de Salamanca deben pensar que por encima de cualquier valor relacionado con el patrimonio documental está el valor de las personas. En Catalunya, estos 'papeles' representan el valor de la memoria de muchas personas y de un gobierno legítimo que defendieron la democracia ante la barbarie. No es, por tanto, la 'unidad de archivo' lo que debemos tener en cuenta, ya que actualmente y gracias a las nuevas tecnologías y a la digitalización de documentos este tema está resuelto sobradamente, sino el realizar un gran acto histórico de devolver a sus propietarios lo robado en el periodo de una guerra civil. Si así fuera, Salamanca aumentaría su prestigio cultural, entraría en la verdadera historia de la democracia de este país y estaría para siempre en el corazón de Catalunya y sus ciudadanos, dando una soberana lección política a unos cuantos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de julio de 2002