El día 10 de julio mi teléfono, sin motivo aparente, se quedó incomunicado. Estoy, por supuesto, al día en el pago de las facturas. Llamo al 1002 y, después de pedirme una serie de datos (eso sí, con una simpatía y una amabilidad encomiables), me indican que es un tipo de avería que requiere 48 horas para su reparación.
A los tres días vuelvo a llamar. La misma simpatía, la misma amabilidad, pero... nada. Al día siguiente me llama un técnico, el cual me hace saber que intentará arreglar la avería desde la central, y si no es posible, desde el exterior de mi casa. Si aun así no se consigue la reparación, vendría a mi casa para tratar de subsanar la avería. Nada de nada. Hoy he vuelto a llamar (no sé para qué) y cantidad de amabilidad. Le he comentado a la señorita que me ha atendido que todas son muy amables y muy simpáticas, pero que mi teléfono sigue incomunicado y que espero me descuenten de la factura los días que estoy incomunicado. A eso me ha contestado que bueno, que después de pagar la factura presente la oportuna reclamación.
¿Cuántos beneficios va a tener este año Telefónica? Me parece que no todos van a ser ganados honestamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de julio de 2002