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Barrika insiste en crear un vial declarado ilegal por el Gobierno y la Diputación

El Ayuntamiento de Barrika mantiene su propósito de construir una carretera en un suelo de especial protección del área de Barrikabaso, pese a la ilegalidad decretada por el Gobierno vasco y la Diputación. El vial, paralizado desde noviembre, 'se hará finalmente', afirma el alcalde, el peneuvista José María Ezpeleta. El grupo ecologista Txipio Bai, que lleva varios años luchando contra las urbanizaciones en Barrikabaso, ha empezado a plantar árboles en el vial urbanizado y exige la restauración de la zona, muy apetecida urbanísticamente al estar situada junto a la bahía de Plentzia y Gorliz.

Desde el año 1987, sus propietarios -la familia Lezama-Leguizamón- han intentado construir allí viviendas. Hace más de diez años, el Ayuntamiento de Barrika intentó recalificar este área de 65 hectáreas para construir un total de 349 viviendas, pero el plan fue rechazado por el Gobierno vasco. En 1997, el consistorio presentó un proyecto menos ambicioso para levantar 97 pisos en dos parcelas separadas (las de Muriola y San Telmo) y logró el visto bueno del Departamento de Medio Ambiente.

Los ecologistas de Txipio Bai llevaron el asunto a los tribunales y lograron la paralización del proyecto el pasado año por una cuestión formal. En octubre, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco consideró restablecida la legalidad y dio luz verde a la edificación, ante lo que Txipio Bai ha presentado una nueva demanda.

El nuevo episodio ha ocurrido con un vial que empezó a construirse el pasado año para unir las dos parcelas. Los ecologistas siempre han considerado que su verdadero objetivo a medio plazo es la urbanización progresiva de todo Barrikabaso. La carretera, habilitada a falta del asfaltado, fue paralizada a finales del pasado año tras el rechazo del Gobierno vasco y la Diputación al discurrir por un suelo no urbanizable de especial protección paisajística. Además, se ordenaba la restauración de la zona.

200 árboles

Transcurridos diez meses, el Ayuntamiento de Barrika no ha realizado todavía ninguna actuación, por lo que miembros de Txipio Bai plantaron la pasada semana 200 ejemplares de encinas y madroños. Según sus cálculos, el vial supuso la eliminación de cerca de 5.000 árboles. Además de esta acción, los ecologistas han presentado un requerimiento al consistorio para que 'reinstaure la legalidad y restaure la zona'.

Ezpeleta, que gobierna con mayoría absoluta, aseguró a este diario que 'el camino se hará al final porque se necesita un acceso para conectar un barrio con otro'. El primer edil agregó que no ve 'por qué hay que restaurar, cuando toda la vida ha existido un camino. Se han hecho un montón de caminos para facilitar accesos en el municipio'.

El alcalde atribuyó el rechazo del Gobierno y la Diputación a la construcción de la carretera al hecho de 'que han tenido una gran presión'. 'Lo meteremos en las normas [urbanísticas de Barrika] y se hará al final. Yo estoy velando por el bien común de los vecinos, que no tengan que ir a la carretera del pueblo donde hay atascos, y no por el de un particular', agregó.

Ezpeleta se mostró contrario a que 'por capricho de unos señores, que dicen que no hay que hacerlo' las dos áreas donde se edificarán 97 viviendas en Barrikabaso carezcan de un acceso directo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de julio de 2002