Unos 300 aficionados del Burgos protagonizaron el viernes, durante unas dos horas, una manifestación por las calles de la ciudad. En su recorrido corearon consignas y exhibieron pancartas en las que se culpó a las empresas e instituciones burgalesas, además de al presidente del club, José María Quintano, de la no conversión en sociedad anónima deportiva y el descenso del equipo por esa causa. Para mañana está anunciada otra manifestación por el mismo motivo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de julio de 2002