El portavoz de la policía indicó que puede tratarse de un atentado, pero también pudo ser 'una broma de mal gusto'. El artefacto estalló a las 3.20 de la madrugada del sábado en el pequeño local llamado X-Large, frecuentado por jóvenes inmigrantes de la antigua Yugoslavia. En el momento del suceso había en la discoteca alrededor de 50 jóvenes de entre 15 y 22 años. Relataron que, inmediatamente después de la detonación, estallaron dos lámparas colgadas encima de la pista de baile. Según los expertos del Ministerio del Interior, la localización de los restos del explosivo indica que pudo tratarse de un ataque con objetivo preciso. Algún individuo pudo haber arrojado la granada en medio de la muchedumbre. Se trata de un tipo de granada moderna, que contiene 2.500 bolas de acero de unos tres centímetros de diámetro y sirve para causar heridas leves, que se pueden adquirir en el mercado negro en países del Este de Europa.
Tras los primeros interrogatorios, fuentes de la policía austriaca comunicaron que no había indicios de posibles 'rencillas entre bandas' en esta discoteca, situada en la periferia de la ciudad. La policía continúa 'investigando en todas las direcciones', sin descartar un ajuste de cuentas o un atentado de tipo xenófobo. Once de los jóvenes hospitalizados fueron dados de alta en la tarde de ayer. Entre las demás víctimas, cuatro han sufrido heridas de gravedad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de julio de 2002