"Siempre he dicho que ganar un título es una buena carta de presentación, justo después de haberte nombrado seleccionador absoluto". Iñaki Sáez asumía lo que estaba en la mente de todo el mundo. Curiosa circunstancia, cuando quien pronunciaba esas palabras ha ganado todos los titulos en las categorías inferiores afligiendo la penuria de éxitos de la selección absoluta. Ayer acababa para él una etapa feliz y comenzaba otra más espinosa, con el horizonte puesto en el amistoso ante Hungría y en el primer partido oficial ante Grecia, de clasificación para la Eurocopa.
Sáez estaba feliz, con ese tono mesurado que apenas se diferencia del que utiliza para enjugar las derrotas. Hasta ayer ha alternado la preparación de sus joyas juveniles con la elaboración de la primera lista de la absoluta. "Ya la tengo en la cabeza", afirmó al programa El Larguero, de la cadena SER, "pero es demasiado larga y ahora toca ir viendo quien está en mejor o peor forma para construirla definitivamente". Sáez tiene claro que el núcleo fundamental no variará mucho del usado por Camacho "pero se completará con jugadores a los que yo conozco bien y que siempre me han respondido en los momentos importantes".
Una cita, que aún queda lejos para los juveniles que ayer se proclamaron campeones de Europa y de los que Sáez destacó su respuesta física: "Los chavales han aguantado bien el esfuerzo de los cuatro partidos. La verdad es que hay algunos que son físicamente unos auténticos monstruos", apunto Sáez que quiso personalizar los elogios en el zaragocista Pina. Zurdo y jugando siempre por la derecha, "ha hecho un trabajo impresionante. Es para hacerle un monumento. Ha aguantado fenomenalmente", afirmó el seleccionador español que también destacó la capacidad goleadora de Fernando Torres.
Sáez reconoció que España fue de menos a más en el campeonato y "acabamos haciéndonos acreedores al triunfo". Lamentó las ocasiones perdidas en la primera mitad y consideró lógico que al final "pasáramos apuros con el bombeo de balones, aunque Moyá no tuvo mayores problemas para resolverlo".
Torres quiere más
Fernando Torres se mostraba tan feliz como ambicioso. "Ya van dos títulos con la selección [fue campeón europeo sub 16] e intentaré sumar otro más en el Mundial sub 20 del año que viene". En plena vorágine de felicidad, Torres proclamaba que quería sumar "todos los títulos posibles" y le dedicó el triunfo a su padre, que se desplazó hasta Noruega para asistir al Campeonato.
Torres agradeció los elogios del seleccionador alemán Uli Stielike. "Siempre es buenos recibir elogios de uno de los mejores entrenadores de Europa, pero tienes que hacer todo lo posible para que no se conviertan en críticas". Torres, sin embargo, destacó como el mejor futbolista del torneo al barcelonista Iniesta.
Solabarrieta, el pulmón de la selección, no ocultaba su agotamiento. "Otra paliza, pero al menos ha merecido la pena". Felicidad y cansancio. Esperanza a raudales como si todos hubieran cumplido con una obligación, porque España se ha acostumbrado a ganar y nadie quiere romper la tradición.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de julio de 2002