Ya estaban todos. Zidane y Figo, las estrellas, en el terreno de juego, aún comenzando a recalentar los músculos tras el Mundial y las cortas vacaciones. Estaban todos, y el Madrid perdió. Un asunto menor a estas alturas de la pretemporada, pero siempre sutil cuando de los grandes equipos se trata.
Ocurrió que el Madrid, que había goleado 48 horas antes a una selección de jugadores aficionados (10-0) de la región de Estiria, se encontró de frente con un rival de mayor empaque y, al parecer, con más kilómetros y horas de entrenamiento, dos cuestiones suficientes para desequilibrar el partido en un santiamén.
El GAK concluyó la pasada temporada en tercer lugar de la Liga austriaca, pero conviene no olvidar que el fútbol de ese país resulta demasiado liviano en comparación con el español. El asunto estaba claro. El GAK tiene que disputar la ronda previa de la LIga de Campeones, por lo que su preparación marcha con mayor aceleración, y el Madrid apenas ha arrancado a correr. Además, Del Bosque compuso una alineación mezclada de estrellas, canteranos, cedibles y transferibles que difícilmente podía encajarse en el corto espacio de tiempo de un partido. Cuando se dió cuenta, el GAK le había endosado el primer gol y antes del descanso, el segundo, ambos obra de Brunmayr, el internacional austriaco que el año pasado fue pichichi de la Liga. El primer gol fue un clamaroso error defensivo; el segundo, el fruto de un despeje del portero Carlos Sánchez a un disparo del croata Bazina.
De Zidane quedaron sus habituales pinceladas de calidad, esas que le salen naturalmente, esté fresco o cansado, motivado o relajado. Y quedó la actuación del portero Sanchez para evitar al menos otros dos goles. Sin embargo, en la reanudación, un error suyo en el saque de puerta propició el trecer gol del GAK.
Los multiples cambios de ambos equipos altero la fisonomía del partido. Y el Madrid redujo distancias con un disparo de MacManaman, primero, y con un penalti transformado por Savio, después.
Maquillaje para un partido pobre, desigual,. con distinto interés para ambos equipos. Uno, el austriaco, que corre para superar el corte de la Liga de Campeones; otro, el español, que apenas trota para encontrar la forma cuando sea necesaria. Pocas conclusiones, pues, y una pizca de decepción. Las derrotas, incluso en los partidos intrascendetes siempre dejan una mueca de desagrado. El Madrid hizo ayer la primera
El Barça gana en Suiza
Por su parte, el Barcelona, que había perdido (0-1) hace tres días ante el Grenoble, de la Segunda División francesa, venció con comodidad al Lausana de Suiza, también de Segunda, por dos goles a cero. Mendieta marcó su primer gol como azulgrana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de julio de 2002