El Ayuntamiento de Alicante, gobernado por el PP con mayoría absoluta, se ha plegado, por fin, a un clamor popular: la necesidad de restaurar la emblemática y, a su vez, deteriorada plaza de los Luceros. El entorno, un fuente presidida por un monumental conjunto escultórico, acumula una ingente suciedad y presenta ya grietas en su estructura. Las obras comenzarán en septiembre, costarán 372.000 euros y el plazo de ejecución es de seis meses. Además de la limpieza de las esculturas, se renovará el sistema hidráulico de la fuente.
La plaza de los Luceros, al final de la avenida de Alfonso el Sabio, es uno de los puntos de encuentros más destacados de los vecinos de Alicante que se citan en el lugar con motivo de dos eventos: las mascletades de Les Fogueres de Sant Joan y para festejar las hazanas deportivas del Hércules CF.
El origen del popular entorno urbano alicantino se remota a 1929, cuando el Ayuntamiento sacó a concurso un proyecto para construir una 'fuente artística y monumental' en el centro de la entonces denominada plaza de la Independencia. El proyecto, por votación popular, fue adjudicado al escultor Daniel Bañuls. El 11 de de mayo de 1931 concluyeron las obras de la propuesta del artista, una fuente presidida por un conjunto escultórico de estilo barroco. Desde entonces, la plaza ha sido restaurada en dos ocasiones, la primera en 1953 y la segunda en 1965.
La tercera restauración de la plaza se basará en un proyecto diseñado por el arquitecto Màrius Bevià. El Ayuntamiento adjudicará la obra por 'el procedimiento negociado, o sea, un concurso restringido a empresas especializadas', según precisó el concejal de Obras, Pablo Suárez.
Bevià, pese a reconocer el avanzado estado de deterioro de la plaza, se mostró convencido de su recuperación y de la puesta en valor del entorno, 'debido a la excelente calidad de los acabados y materiales de la obra de Bañuls', matizó.
El arquitecto subrayó que la rehabilitación incluye dos fases: la limpieza de las esculturas, a base de agua caliente, y la microinyección de polvo de vidrio, y la renovación del sistema hidráulico de la fuente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de julio de 2002