El portavoz de Agricultura del grupo socialista en las Cortes, Antoni Lozano, aseguró ayer que entre 1995 y 2000 el campo valenciano perdió 40.000 agricultores (de 110.000 censados hace siete años en la Seguridad Social se pasó a 70.000). El diputado destacó que en los últimos dos años ha continuado el descenso y pidió un esfuerzo claro para mantener los trabajadores que quedan en la agricultura valenciana. Lozano, además, criticó la decisión del ministerio y de la Consejería de Agricultura de firmar con EE UU un protocolo de exportación que 'perjudica gravemente los intereses de los agricultores' y recordó que en los siete años de gobierno popular 'la democracia no ha llegado al campo', ya que siguen sin convocarse las elecciones a las cámaras agrarias provinciales.
Mientras, ayer reprentantes vitivinícolas se reunieron con la Consejería de Agricultura para marcar una línea de actuación ante la crisis que vive el sector. En la reunión se apuntaron los pasos. La presentación de un documento que especifique la situación de este sector ante el plan de actuación del Ministerio de Agricultura, la elaboración de un plan estratégico antes de finales de año que permita conocer la realidad valenciana, y un comité de trabajo que optimice las líneas de promoción, son algunas de estas medidas. Agricultura también anunció una ley valenciana del vino.
También ayer, el presidente José Luis Olivas anunció el compromiso de elaborar un Libro Blanco de la agricultura valenciana que 'analice las potencialidades, posibilidades y necesidades del sector'. Olivas hizo este anuncio tras reunirse con la Asociación Valenciana de Agricultores. Su presidente, Cristóbal Aguado, insistió en la necesidad de que la Universidad participe en la elaboración de este libro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de julio de 2002