La visita de Juan Pablo II a Guatemala es la tercera del Pontífice a esta república centroamericana donde existe la pena de muerte. El Papa pidió al nuncio vaticano, Ramiro Molliner, que intercediera ante el presidente Portillo por las vidas de los 36 presos que esperan la ejecución de las sentencias, y el presidente, consciente de la oportunidad de oro que le brinda la visita del Pontífice, ha anunciado ya su intención de promover una iniciativa legislativa en el Congreso de la República para abolir la pena capital. El presidente de ese mismo Congreso es Efraín Ríos Mont, hermano del obispo que ha organizado la visita de Karol Wojtyla en Guatemala, y hombre fuerte de Guatemala en tiempos de la anterior visita del Pontífice, cuando, pese a las muchas presiones, se negó a atender sus ruegos y ejecutó públicamente a siete condenados.
La turbulencia política ha aumentado en vísperas del comienzo, en junio próximo, de la campaña electoral. El mandato presidencial de Portillo, sospechoso también en un escándalo de corrupción de proporciones gigantescas, expira en enero de 2004.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de julio de 2002