'Con Rexach no hacíamos nada; yo me cagaba de la risa'. 'Cuando perdíamos, Javier Saviola y yo íbamos tristes, mientras los demás jugaban a las cartas y se divertían'. Según él fue sin intención crítica, pero lo cierto es que el portero del Barcelona Bonano explicó en una televisión argentina con todo lujo de detalles algunas interioridades del vestuario azulgrana y lanzó serias dudas sobre la credibilidad de Rexach como entrenador y la de algunos de sus compañeros como barcelonistas. El mismo Bonano reconoció ayer, en Nyón, que había realizado estas declaraciones en una entrevista informal que le hizo el canal argentino T y C Sports mientras disfrutaban de un asado que se prolongó durante tres horas. Y matizó que quiso explicar de forma bien gráfica que el fútbol adquiere un tono más dramático en Argentina que en España.
Bonano se refiere a Rexach en estos términos: 'No le tenían mucha confianza, les parecía un poeta'. 'Los entrenamientos eran muy livianos. Poco trabajo físico y técnico. No hacíamos nada. 40 minutos, y a casa'. Sobre las explicaciones técnicas en el vestuario, Bonano agrega: 'En 10 minutos, nos decía cómo iba a formar el equipo rival. Después explicaba cómo jugaríamos nosotros. Y añadía que intentásemos jugar un gran partido y ser ofensivos. La verdad es que me cagaba de la risa'.
Sin embargo, aún sin intentarlo, resultó también duro con algunos de sus compañeros cuando explicó cómo reaccionaba el grupo tras la derrota. 'Cuando perdíamos', comenta Bonano, 'regresábamos a Barcelona en el autocar con Javier Saviola, tristes, sin apenas hablar. Pero cuando mirábamos hacia atrás veíamos a los demás jugando a cartas y divirtiéndose. Sólo los brasileños se lo tomaban como nosotros. Al final, pensábamos que los boludos éramos nosotros'. Sobre el vestuario, agrega: 'Hay muchos grupitos: uno con siete holandeses que hablan en su idioma. Otro con españoles. Dos o tres hablan en francés. Otro con dos africanos. En el campo, alguna vez le dije a un defensor 'déjamela' y él la rechazaba porque no me entendía. Después le explicaba con señas lo que yo pretendía'.
Ayer, cuando se le preguntó por qué había criticado a Rexach y a sus compañeros, explicó que él no tenía esta sensación: 'Eso depende de la interpretación que le dé cada uno'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de julio de 2002