Los habitantes de Valdemoro, y me temo que también los de otras poblaciones cercanas, veníamos sufriendo los olores nauseabundos producidos por una fábrica de piensos instalada en el término municipal de Torrejón de Velasco, a dos kilómetros escasos de nuestro núcleo urbano, precisamente en la zona por donde más ha de crecer Valdemoro.
Cuando se revelaron las consecuencias del uso de 'desechos' animales en la fabricación de piensos, el llamado mal de las vacas locas, como por arte de magia la fábrica de piensos dejó de hacernos insoportable mantener abiertas las ventanas de nuestras casas o salir a dar un paseo por nuestra villa y sus alrededores. Para nuestra desgracia, dormida la inquietud por el mal de las vacas locas y el uso de desechos animales en la fabricación de piensos, de nuevo vuelve a inundarse Valdemoro con los malos olores. Señor Ruiz-Gallardón, antes de dejar el Gobierno de la Comunidad, ¿podría investigar la emisión de olores y poner coto a unas actividades que degradan nuestra vida diaria?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de julio de 2002