Los astrónomos que se dedican a la detección y seguimiento de asteroides potencialmente peligrosos han descartado ya la posibilidad de que el pequeño asteroide NT7, de apenas dos kilómetros de diámetro, descubierto el 14 de julio, suponga un peligro para la Tierra en 2019. Los primeros cálculos, estimaron la probabilidad de impacto en una entre seis millones, y ahora han sido refinados hasta reducir a cero la probabilidad.
Se mantiene, sin embargo, un pequeño riesgo para el año 2060, que seguramente desaparecerá a medida que se conozcan más datos sobre la órbita del asteroide, según Don Yeomans, encargado de ese programa en la NASA. Este experto ha explicado que no vale la pena airear supuestos riesgos de colisión con asteroides, cuando no ha habido todavía tiempo de hacer los cálculos para estimar la probabilidad de impacto adecuadamente. Con ello el científico se refería a las informaciones de algunos especialistas divulgadas por la BBC británica que, poco después del avistamiento del NT7, lo convirtieron en la mayor amenaza contra la Tierra procedente del espacio
Los astrónomos sí saben ya que otro asteroide, el NY40, se acercará bastante a la Tierra a mediados de agosto, hasta el punto de que será visible con prismáticos. Este tipo de acercamiento visible es poco frecuente. El NY40, de unos 800 metros de diámetro, pasará el 18 de agosto a 526.000 kilómetros (unas 1,4 veces la distancia de la Tierra a la órbita lunar). En junio pasado un pequeño asteroide pasó a sólo 120.000 kilómetros y no fue descubierto hasta tres días después.
Según los científicos, el impacto sobre la Tierra de un objeto de diez kilómetros de ancho, con unos efectos similares a los que barrieron del planeta a los dinosarios hace 65 millones de años, ocurre estadísticamente, una vez cada 100 millones de años.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de julio de 2002