Nos encontramos a finales de julio y, como otros años, se está repitiendo la absurda situación de que unas becas universitarias (no sé el número, ni si ocurrirá igual en otros niveles) todavía no se han ingresado.
Tal y como citaba al principio, el absurdo de la situación es que son ayudas al estudio para el curso escolar, pero cuando llegan muchos estudiantes ya han tenido que pedir el dinero por anticipado. En cualquier caso si se entiende que la duración de un curso es de septiembre a agosto, igual es que se pueden ingresar hasta el 31 del mismo pero, como es evidente, esto denotaría una falta de sensibilidad increíble (que es lo que está ocurriendo) ante un colectivo necesitado y donde muchos estudiantes se encuentran residiendo fuera del domicilio familiar.
Me gustaría puntualizar que, a través de esta carta, no pretendo hacer ninguna crítica al respecto sino una pequeña reflexión para que, en la medida de lo posible, se pueda evitar esta situación tan poco grata para los estudiantes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de agosto de 2002