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La caída del crecimiento de EE UU al 1,1% deprime de nuevo las bolsas

El PIB sube un 1,1% en el segundo trimestre, y el del año 2001 se rebaja del 1,2% al 0,3%

La economía estadounidense creció durante el segundo trimestre un lánguido 1,1%, por debajo de lo esperado y menos de lo necesario para inspirar confianza en la recuperación. El dato vino acompañado de una nutrida batería estadística, toda negativa. El crecimiento del primer trimestre se revisó al 5%, en vez del 6,1% anunciado. Los tres primeros trimestres del año pasado tuvieron crecimiento negativo, frente a sólo el cuarto positivo. El PIB para todo el 2001 fue apenas del 0,3%, la cuarta parte del ya de por sí débil 1,2% contabilizado en su día.

El presidente George Bush vio la botella medio llena y subrayó que la economía seguía creciendo, pero Wall Street se contrajo ante el aluvión negativo, aunque logró un ligero avance del 0,53% al cierre. El Departamento de Comercio sorprendió ayer porque el ritmo de la actividad se desaceleró más de los previsto en las proyecciones menos optimistas.

Los analistas ya habían rebajado hasta el 2,2% anteriores proyecciones más optimistas, pero no esperaban tanta caída. El anuncio de que el PIB -la producción de bienes y servicios, el modo más amplio de medir la marcha de una economía nacional- había crecido sólo el 1,1% en el periodo entre abril y junio con respecto al mismo trimestre del año anterior produjo bastante inquietud.

Bajo consumo

Parte de la contracción fue debida a un debilitamiento del consumo, que se mantuvo en bienes duraderos (ordenadores, maquinarias), pero cayó en productos como alimentación y ropa. Los menores gastos de las administraciones públicas en los Estados y en los municipios contribuyeron a la rebaja. Las compañías mantuvieron sus recortes en la inversión en nuevas plantas.

Los analistas subrayan que la recuperación es menos sólida de lo esperado, aunque la semana pasada el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, incrementó la tasa de crecimiento para el conjunto del año hasta una horquilla entre el 3,25% y 3,75%. Una previsión muy optimista dadas las circunstancias. Lawrence Linsdsay, consejero económico de Bush, señaló que con vistas al futuro lo más notable era que la renta disponible de los hogares había crecido un 3,8%, y con ella la capacidad de consumo, lo que permitía aventurar que no habrá el llamado double dip, una contracción que sigue a otra tras una aparente recuperación. Otros expertos hicieron notar que las inversiones en tecnología daban por primera vez en dos años resultado positivo, con un crecimiento del 2,9% en el segundo trimestre que suscita expectativas de una recuperación del gasto de capital.

Los datos de ayer fueron una cadena de malo-peor-pésimo, con lo malo para el pasado trimestre, lo peor para el periodo entre enero y marzo (5% en vez del exuberante 6,1% que se pensaba) y lo pésimo para lo ahora conocido de 2001. El año pasado se cerró en falso con un crecimiento del 1,2% en el PIB, que ha sido rebajado a un gélido 0,3% tras constatarse que los tres primeros trimestres del ejercicio tuvieron crecimiento negativo (-0,6%, -1,6% y -0,3%, respectivamente), holgadamente por encima del concepto de recesión entendida como dos trimestres consecutivos negativos. Como compensación, el cuarto trimestre creció un 2,7%, un punto por encima de lo anunciado.

Bush puso buena cara al mal tiempo económico, tratando de subrayar lo positivo. Según él, el 1,1% del segundo trimestre, unido al crecimiento del primero, dan un saldo positivo del 3%, "lo que significa que la economía está creciendo y que estamos en el buen camino". "Es lo suficientemente fuerte", insistió, antes de pedir la colaboración del Congreso -es decir, la oposición demócrata del Senado- para aprobar medidas legislativas pendientes dirigidas a incentivar la economía.

Los mercados no se mostraron tan optimistas como el presidente. El Dow Jones se precipitó más de 130 puntos al conocerse las estadísticas de Comercio y luego recuperó algo, aunque a primera hora de la tarde se mantenía en términos negativo. Al cierre el Dow Jones ganó, pero el Nasdaq retrocedió un 1,16%.

A pesar del traspié de la Bolsa de Nueva York, varias bolsas europeas cerraron con avances, en la sesión de ayer con la excepción de Madrid La Bolsa de Londres se apuntó la mayor ganancia (1,56%). El mercado de París se revalorizó un 1,05%, mientras que Milán ganó un 0,40%. En cambio, la Bolsa de Francfort, que cerró tres horas más tarde que los otros mercados europeos, sufrió un fuerte retroceso del 4,61%.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de agosto de 2002