La niña no tiene ninguna duda. Auque le llevaron al puesto de las hierbas medicinales no le perdía ojo a un salchichón majestuoso que colgaba del contiguo. Aunque eso no se ve, lo más probable es que lla gran variedad de alimentos tradicionales, embutidos y queso presentes en la Feria del Camino de Vitoria le estuviesen haciendo la boca agua.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de agosto de 2002