El presidente de EE UU, George W. Bush, se declaró ayer 'furioso' por el atentado cometido por el grupo radical islámico Hamás en la Universidad Hebrea de Jerusalén, que costó la vida a siete personas, entre ellas cinco estadounidenses. 'Estoy tan enfadado como Israel está ahora mismo (...). Estoy furioso por el hecho de que se perdieran vidas inocentes. Sin embargo, y a pesar de mi furia, pese a que estoy muy enojado, todavía creo que la paz es posible', dijo el presidente estadounidense.
Bush compareció ante la prensa junto al rey Abdalá de Jordania, con quien se reunió para tratar de seguir avanzando en su 'visión' para lograr la paz en Oriente Próximo en un plazo de tres años. Sobre una eventual represalia militar israelí en respuesta al atentado, afirmó que Israel tiene el derecho a defenderse, pero se dirigió a todas las partes implicadas para recordarles 'que tenemos que mantener en la cabeza la visión de la paz'.
Bush y Abdalá se reunieron fundamentalmente para abordar el conflicto palestino-israelí, pero en la agenda estaba previsto que también hablarán sobre los supuestos planes de EE UU para atacar a Irak, posibilidad a la que Jordania se opone frontalmente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de agosto de 2002