Jóvenes congresistas / ASSOCIATED PRESS
Congreso de hormonas
JUAN JOSÉ MILLÁS
Los hijos son una fuente de intranquilidad inagotable, los buenos por buenos y los malos por malos. Una amiga mía tiene un hijo bueno y otro malo. El bueno se fue la semana pasada a Canadá, para asistir a un congreso de jóvenes patrocinado por el Vaticano, y la mujer no vivía porque el cónclave estaba lleno de obispos que ignorábamos si habían acudido al olor de las hormonas o al del incienso.